22 de febrero de 2007

Muñecas de papel

El otro día en casa de mis padres y a falta de algo más interesante que hacer, S. se dispuso a investigar en mi armario con la intención de encontrar antiguas cartas, fotos de ex-novios, o recuerdos por el estilo con los que saciar su curiosidad respecto a lo que fue mi vida antes de conocerle a él. Creyó haber encontrado un yacimiento cuando sepultada bajo montañas de ropa encontró una caja de zapatos forrada con papel de regalo de color turquesa estampado con ositos. ¡Quién sabría lo que podía contener aquel descubrimiento! Y menudo chasco se llevó el pobre S. con lo que se fue a encontrar. Más o menos un chasco tan grande como la alegría que me llevé yo al hallar las muñecas recortables (y a las que aquí llamamos "mariquitas", a saber por qué) con las que jugaba de niña, allá por los años 80...

Lo más gracioso es que nunca suelo acordarme de lo que he comido el día anterior, pero nada más abrir aquella caja, automáticamente fui recordando los nombres de mis pequeñas amigas de papel: Mariló, Montse, Carmencita, María Luisa o mi preferida Merche (atención a mi habilidad para bautizar a las muñecas con nombre de peluquera). Pero no sólo me sorprendí por recordar sus nombres, sino que mientras las sacaba una por una iba rememorando aquellas tardes de mi infancia rodeada de recortables de papel, tijeras de punta roma, rotuladores Pelikan o Plastidecores y jugando con mi vecinita I., sin que las mamás tuvieran que estar pendientes de si éramos acosadas por pederastas a través de internet o de si estábamos viendo apasionantes programas cuyo elemento principal es un polígrafo, por nombrar tan sólo dos de los grandes males para la infancia de este siglo.

Así que S. sigue lamentándose de no haber encontrado (todavía) la prueba definitiva de mi supuesto pasado de sexo, drogas y rock and roll. Y yo como una boba he alineado todas mis mariquitas sobre la mesa y me he reído con lo absurdo de los vestidos que les diseñaba dibujando sobre papel de libreta de dos rayas.

Definitivamente, nunca seré protagonista de "Hormigas Blancas". El pasado siempre vuelve...

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Pichi, tía, has vuelto!! Yo no sólo no tengo memoria para recordar lo que ocurrió el fin de semana pasado, sino también para todo lo que haya ocurrido antes de los... hm... 13 años o por ahí. Así que, si jugué con mariquitas, no me acuerdo. Y, si en algún momento de mi vida ha habido sexo, drogas o rocknroll... ¡¡tampoco me acuerdo!! Pero seguro que sí, siempre me han gustado las manualidades y todas esas guarraditas :P

Anónimo dijo...

Coño, por fin ha resucitado el blogia...A mí me encantaría ver un especial de Hormigas blancas sobre tí, sólo para ver cómo ponen en pantalla capturas de tu blog, porque lo que es revistas...va a ser que no (digo yo XD)

La Agrado dijo...

¡Que recuerdos los rotuladores de Pelikan!

Yo jugaba con los caballeros del Zodíaco que estaban más buenos. Mi pasado más que sexo , drogas y rock&roll es de plastidecores, nocilla y música pop.

La ESO es una generación perdida...

FugFloh dijo...

¡A mí también me gusta "jugar" con mariquitas! :-P

Como me hubiese encantado conocerte de niña (siendo yo un niño también, claro) porque nos lo hubiésemos pasado chupi jugando con la Montserrat y la Marimerche o montando tenderetes callejeros en la puerta de casa (algo que yo hacía con mis primas). ¡Pero qué digo! Aún hoy podemos jugar a eso, sólo tenemos que revender el material confiscado a los negris de las mantas xD

Marujita Robinson dijo...

Ooooooño, ¿cómo has conseguido migrar todo a Blogger?Hasta los comments :D

Anónimo dijo...

qué ñoño y que bonito!!!! Todo conjunto!!!

Yo soy mucho del baúl de los recuerdos también, qué cosas he encontrado!!

Muak!

Anónimo dijo...

Yo jugaba con las mismas! sabes de qué editorial eran?!?!??!