28 de febrero de 2006

A mi único lector

Esta entrada está dedicada a ti, querido Floh, mi único (a la par que reciente) lector. Aunque sé que hay varios (no muchos) que en la sombra, pertrechados tras las pantallas de sus PCs, me leen fielmente, sólo tus comentarios me animan a seguir contando mis historias. Así que como si fuera una locutora de radio cualquiera, a ti, amigo Floh, va dedicada nuestra siguiente canción:

Im ninalu daltey Nedivim
daltey Nedivim
Daltey Marom

Staring up into the heavens
In this hell that binds your hands
Will you sacrifice your comfort
Make your way in a foreign land

Wrestle with your darkness
Angels call your name
Can you hear what they are saying
Will you ever be the same


Mmmm mmm mmm
Im Nin’alu, Im Nin’alu
Mmmm mmm mmm
Im Nin’alu, Im Nin’alu

Remember, remember
Never forget
All of your life has all been a test
You will find the gate that’s open
Ever though your spirit’s broken

Open up my heart
Cause my lips to speak
Bring the heavens and the stars
Down to earth for me

Wrestle with your darkness
Angels call your name
Can you hear what they are saying
Will you ever be the same

(Isaac, Madonna)


27 de febrero de 2006

Os odio

A todos los que habéis descubierto (musicalmente hablando) a Madonna a través del disco ’’Confessions on the dance floor’’.

Vosotros que nunca os habíais comprado un disco suyo, ni siquiera ’’Like a Prayer’’, y a los que Madonna os sonaba solamente a ’’Reina del Pop’’, corpiños de Gaultier, mujer de Guy Ritchie o madre de Lourdes y Rocco. Ahora, de repente, sois superfans por culpa de una puñetera canción que suena hasta la saciedad en la radio, la televisión y las discotecas; y sin el más mínimo grado de decoro, afirmáis sin ruborizaros que es que ’’Madonna os encanta desde siempre’’. Vosotros que nunca bailásteis el baile de ’’True Blue’’ (mucho menos con 11 años) ni sabéis que Maddie dedicaba aquellos discos ’’to my husband, with all my love’’ (ni tenéis ni pajolera idea de quien era el ’’husband’’ de aquella, claro). Desconocéis que ’’Forbidden Love’’ ya era el título de una canción antes de ser la pista 7 de ’’Confessions...’’, y nunca en la vida habéis escuchado ’’Mer Girl’’. Por supuesto repetís hasta la saciedad lo de ’’time goes by so slowly, time goes by so slowly’’ pero no sabríais cantar ’’Holiday’’, ’’Into the groove’’ o ’’Live to tell’’. Seguro que muchos sois los mismos que en su día ignoraron ’’Erotica’’ o ’’American Life’’. O que no se dieron cuenta de que ’’Ray of Light’’ era uno de los mejores discos de la historia.

A todos vosotros, advenedizos del mundo: os odio.

Buenas noches.

P.D. Y por supuesto que todo el mundo tiene derecho a que le guste un disco, o una canción. Pero no vayáis de superfans, por favor, sólo os pido eso. Muchas gracias.

22 de febrero de 2006

La lista de la compra

Ahora que recién me instalo en casa de mis padres otra vez (se supone que para ahorrar un poco antes de irme de nuevo ‘cuasi-definitivamente’), estoy pensando en esas cositas que quiero y que me han quedado pendientes este año, a saber:

- Un coche (me gusta el Opel Astra)
-
Renovar mi vestuario. Ha sido traumático no haber podido ir a las rebajas.
-
Un blanqueante dental de esos de farmacia y que anuncian por la tele que me ha dicho A. que…¡funcionan!
-
Una estantería de Ikea para mi habitación (y para mis pobres libros, que están todos apilados encima del escritorio)
-
La paz mundial

(Esto último es broma)


20 de febrero de 2006

No tengo miedo

Desde muy niña vengo arrastrando un par de traumas infantiles de los que nunca he conseguido desprenderme del todo. Lo más gracioso es que ambos dos provienen de sendas películas de terror, lo que tiene narices, porque nunca le he tenido miedo a otras cosas más reales, como andar sola por la calle de noche, por poner un ejemplo.

El primero de mis miedos atávicos tiene su origen en una carátula de vídeo Beta de ’’La Matanza de Texas’’. Cuando yo tenía unos 8 años, quizá menos, iba con papá al videoclub y no podía dejar de mirar la cara de sufrimiento de aquella señora a la que alguien a quien no se veía acercaba una sierra mecánica. Y es que cada vez que iba al videoclub sabía el sitio exacto en el que se exponía aquella cinta, y me resistía a mirar, pero una vez que mi curiosidad infantil vencía mi miedo, ahí estaba yo como hipnotizada, mirando a la pobre señora que gritaba tanto y preguntándome qué es lo que le estarían haciendo. Y desde entonces hasta ahora NUNCA he podido ver esa película, ni creo que la pueda ver en un futuro. Y no es por la historia, ni por la sangre, ni nada (cosas peores he visto), pero estoy segura de que no podría superar ese terror que sentía a principios de los ochenta. Inexplicable.

Mi segundo miedo es algo similar: estoy en la salita de mi casa viendo la tele, puede que un sábado por la noche (otro día de la semana no me lo permitirían) y de repente empieza una película. Si es de dos rombos, nadie parece haberse dado cuenta. Y cuando a mamá se le ocurre decirme que ’’quizás sería mejor que te fueras a la cama’’ el daño ya está hecho. Y es que nunca he podido olvidarme de ciertas escenas de ’’La Naranja Mecánica’’. Puede que esto que os estoy contando os parezca una soberana chorrada, pero aquellas imágenes de los protagonistas vestidos de blanco, de la paliza al mendigo, de la violación y tal y Pascual no se me han olvidado nunca; y a día de hoy nunca me he atrevido a verla otra vez.

Creo recordar que aquella noche apenas pude dormir.

...Y no sé por qué ahora pienso en estas cosas. Me dan miedo y no quiero irme a la cama....Cry

19 de febrero de 2006

Oh, Jake!!

Le comentaba yo a I. mientras veíamos ’’Brokebak Mountain’’ que a Heath Ledger siempre le he encontrado un no-sé-qué; y me acordaba de los furores uterinos que me provocaba cuando le vi por vez primera en ’’Diez Razones para Odiarte’’ (no preguntéis qué clase de engendros de películas puedo llegar a ver). Pero el caso es que el bueno de Heath está algo viejo. Y resulta que su compañero de ’’Brokeback Mountain’’, Jake Gyllenhaal está algo bueno. O digamos que está bastante bueno.

Supongo que no es muy normal que determinados actores empiecen a gustarme sólo desde el momento en el que interpretan a un personaje gay. Por ejemplo Greg Kinnear en ’’Mejor Imposible’’. O Kevin Kline en ’’In and Out’’. O Paul Rudd en aquella peliculilla con la Aniston (entrañable). O, sin ir más lejos, el personaje de Ruppert Everett en ’’La boda de mi mejor amigo’’ o ’’The next best thing’’. Aunque ahora que lo pienso, el caso de Ruppert es diferente, porque Ruppert realmente es gay. Como Rock Hudson y Cary Grant, de los que no me perdía ni una peli cuando era niña (y no tan niña).

Me voy a merendar....ñaca!! (No sin antes dejaros esta foto de Jake para que juzguéis vosotros mismos)

18 de febrero de 2006

The Pitxi is back

...Pues eso, que he vuelto...



(Ahora sólo me falta pensar en algo que escribir...)