4 de junio de 2006

Derramamientos

La semana pasada al abrir uno de los armarios de la cocina, la lata donde guardamos el café se me vino encima. Café molido, para más señas. Café que además de por mi ropa se introdujo entre las juntas de los azulejos del suelo. Menudo engorro. Ya puestos, me podía haber caído otra cosa, como alubias o garbanzos, por ejemplo.

Otro día venía en coche de hacer la compra y un brick (o cartón, como dice más correctamente mi señora madre) de leche de los que tienen ese absurdo mecanismo que se puede abrir y cerrar (y que se llama "abre fácil" precisamente por eso: porque se abre a la mínima) se me derramó entero por el maletero, con el consiguiente caos, ya que todos sabemos cómo huele la leche en cuanto se seca un poco. Pues eso, que tuve que limpiar a fondo el coche, y aún así estuve una semana aguantando el olor a vomitona de lactante cada vez que iba a trabajar. Que digo yo que se me podía haber derramado agua, o cocacola, o whatever...Pero no. Leche.

Ayer por la tarde fui a la playa, y cuando llegué a mi casa me encontré con que el frasco de aceite protector que uso para el cabello se había abierto y toda la mochila estaba inundada de grasa. Que fíjate que se te pueden caer cosas dentro de una mochila, pero el aceite, creedme, es de las peores. Después de la leche, claro (al menos no huele tan mal). Quizás en el ránking de derramamientos engorrosos el aceite estaría por detrás de la leche y por delante del café molido.

Espero que lo próximo no sea un derramamiento de sangre.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Es que el café es malo (pasate a las tilas que manchan menos).
La leche es mala (pasate a la condensada que tarda más en manchar un maletero entero)
Tomar el sol es malo (moreno flexo todo el año!!)

Un besazo

Anónimo dijo...

Esperamos más cuentos como este sobre el horror de lo cotidiano.

Anónimo dijo...

Mi enemigo mortal son los bastoncillos de los oidos: siempre se me caen y, además, cuando los acabas de comprar y la caja está llena. No es como el café, la leche o el aceite pero molesta un huev recogerlo y tratar de colocarlo decentemente para que la caja se cierre de nuevo...

Anónimo dijo...

¡¡¡No llames al mal tiempo!!! De los armarios, peor que café es que se te derrame el azúcar (atrae más y mejor a las hordas de cucarachas y hormigas que solo quieren una pequña oportunidad para aparecer), en el maletero, peor que la leche es que se vuelque la lejía (eso sí, de lo que NO tendrás que preocuparte es de la desinfección), y en la mochila, peor que el protector es que se te derrame el dan-up, por aquello que dices de la leche (éste ha quedado algo forzado)...
Oye, eso del ranking, ¿estás elaborando algún estándar o referencia para el mundo mundial?

Anónimo dijo...

¡Ay Pitxi a ver si alguien te ha echado mal de ojo! porque tanto derramamiento no es normal, mira que yo no creo en esas cosas pero...

Anónimo dijo...

Bueno, yo más que sobre la jodienda de los derrames me he puesto a reflexionar sobre la torpeza. Que los Libra tenemos fama de ser el tipico gracioso que derrama la copa de vino de tinto (no la de agua, ni la de vino blanco o cava) y este tipo de cosas...

Anónimo dijo...

A una tía mía se le abrió un bote de nata en el bolso y eso parecía un bukkake...