28 de junio de 2005

Reencuentro

Ayer por la tarde me reencontré con una antigua compañera del colegio. La vi de lejos y enseguida la reconocí, no había cambiado nada, así que con los brazos abiertos me levanté de mi silla y me acerqué a ella que se mostró tan emocionada como yo. Y eso que han pasado al menos como 4 años desde la última vez que nos vimos, y 15 años desde que dejamos de ir juntas a clase. 15 años! que se dice pronto...

Lo curioso es que N. iba acompañada de su madre y empujando el carrito de un niño. De su hijo. Ya ves, hace años que no la veo y de repente la encuentro con un hijo rubio precioso, lo que implica que por el medio ha tenido novio, se ha casado, se ha quedado embarazada y ha tenido un bebé. Ha hecho todo eso! Porque, coño, yo después de estos años sigo siendo tan absurda como siempre, en mi vida no ha pasado nada positivo o digno de mención. Pero tener un hijo, como que tampoco me apetecía, ya ves...(de hecho, estoy pensando en comprarme un perro)

Después de hacerle un par de carantoñas al niño (¡que me odiaba!) y de ponernos al día, N. se fué con promesas de volvernos a ver. Y yo me quedé sentada en la terraza del bar con mi cocacola light, mi corte de pelo estupendo y mi bronceado de ciudad.

(En el fondo qué feliz soy!!)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El final es lo que importa: en el fondo eres feliz ^^ Oye, que me da a mí que la escena que relatas ya la he visto en alguna serie yankee anteriormente... Aunque, en la serie, la protagonista se sumía en una profunda depresión que le duraba varios capítulos: ¡sus amigas casadas y ella con 30 años y sin nada que esperar! Pero no es tu caso =D Oh, Lo54 nuestra, que estás en la blogosfera, alabado sea Blogia.com por acogerte ^^

Anónimo dijo...

bronceado de ciudad? ¿Eso es positivo? En mi se traduce en moreno en los brazos, y la nuca, y un preocupante blanco lechoso en el resto del cuerpo. V_V