8 de marzo de 2006

Chicken legs

Estos días, de repente y sin previo aviso me han salido patas de gallo en el ojo derecho. En principio no sería nada del otro mundo si no fuera porque se han plantado ahí sin avisar, sin ni siquiera un amago de arruguita, una raya o yo que sé, algo que me diese tiempo de reaccionar e irme corriendo a comprarme un contorno de ojos de Roc (promesas cumplidas) . Pero no, de repente tengo patas de gallo en un ojo (y no en los dos, que es lo más triste) y no sé cómo combatirlas.

Y sí, ya sé que tengo treinta años y tal, y que es lo normal de la edad (digo yo), pero es que con ventinueve y medio juraría que no tenía arrugas de ningún tipo. ¿Será alguna señal?. He estado pensando que puede que sea porque de un tiempo a esta parte estoy siendo más feliz de lo habitual en mí (que era nada) y bueno, ya se sabe que estas arrugas las da la felicidad y esas tonterías que se cuentan. Pues no sé, puede que sea cierto, porque cuando era una persona depresiva, llorona y preocupada por todo lo que no tenía que preocuparme creo que no tenía nada de esto. Que sería una cosa más por la que preocuparme...pero no, no tenía patas de gallo.

Y hace un rato estaba hablando contigo por teléfono y me miraba al espejo mientras observaba cómo me salían más patas de gallo a medida que me hacías más feliz. Y no me importó en absoluto.

P.D. De todas formas mañana me voy de urgencia a la farmacia y que me den algo efectivo o nunca más volveré a sonreir....grrrrrr!

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