Silencio
Ayer por la mañana el despertador sonó a las 6 en punto.
Normalmente el sonido de las alarmas me saca de quicio, así que suelo usar radio-despertadores, así por lo menos me despierto con musiquita, con coletillas del "Anda ya!" or whatever, el caso es evitar que el "pi-pi-pi" llegue a taladrarme el cerebro. Lo malo de despertarte con una canción, es que luego te pasas gran parte de la mañana con ella metida en la cabeza a fuego, de forma que no paras de tararearla mentalmente, y bueno, a veces es un pequeño precio que hay que pagar, pero...
Ayer me reencontré con ese cantante que siempre me ha vuelto loca y del que me avergüenzo tanto...
Sí, aquel que empezó a gustarme a raíz de la primera edición de un programa de televisión que no voy a nombrar. Aquel que hizo que me comprarse un CD-DVD después de años sin comprar música original que no fuese de M. Aquel del que me descargaba vídeos en internet en la época pre-ADSL y los paraba en el segundo exacto en el que se le levantaba la camisa y se le veía el ombligo. Aquel que dio un concierto hace mil veranos en Gijón al que acudí en secreto e intentando pasar desapercibida entre niñas de 15 años (cuando yo de aquella ya tenía veintimuchos largos). Aquel que poco a poco se fue convirtiendo en una caricatura de sí mismo...
Aquel que ayer, por primera vez en mucho tiempo, me hizo saltar literalmente de la cama a las seis de la mañana bailando, cantando y con una sonrisa en la boca.
Silencio...que llena cada espacio en mi cuerpo. Cómo duele este silencio de amoooooor...!!
Todos tenemos un lado oscuro, espero que me lleguéis a perdonar.