27 de noviembre de 2006

Fuerza mental

Ultimamente estoy de un humor que no me aguanto ni yo.

Y como me aguanto tan mal y aguanto tan poco las charlas sinsentido de los demás, he aprendido a desarrollar ciertas habilidades ocultas que me ayudan a sobrellevar según qué situaciones.

Es como cuando, por ejemplo, alguien que no te importa una mierda empieza a contarte su vida. Y lo peor no es alguien que te cuente su vida, sino esas personas que no te permiten meter baza, ni hablar, ni respirar, ni nada de nada, de forma que no te queda otra alternativa que resignarte y escuchar cosas que no te interesan en absoluto. A veces me veo reflejada en la típica escena de película en la que la cámara sólo enfoca los labios del interlocutor, que se mueven a cámara lenta mientras su voz se oye cada vez más y más ralentizada, tipo "uoo...uooo...uoooo...."

Otras veces utilizo la técnica "Homer Simpson", recomendada por pedagogos de todo el mundo y consistente básicamente en visualizar un mono bailando o cualquier chorrada que te entretenga durante unos minutos, y luego aprovechando la risita floja que te entra, reaccionar como si nada hubiera pasado. Es totalmente recomendable puesto que el pelma siempre piensa que lo que cuenta es superinterersante. Gracias, Homer!

Pero la técnica que mejores resultados y más salud mental me proporciona últimamente es la de repetir mantras predeterminados. Procuro que se trate siempre de pensar en algo tremendamente agradable y deseable para mí. Por ejemplo, ¿que me encuentro en una situación aburrida o incómoda? Pienso algo así como "bocadillo de Nutella, bocadillo de Nutella, bocadillo de Nutella"...y cuando regreso de mi trance ya veo la vida de otro color.

Esta mañana un compañero de trabajo no dejaba de hablarme de cuentas de ahorro, tarjetas vinculadas, traspasos de fondos y bla-bla-blá. Y yo repitiendo para mis adentros "botas de Prada, botas de Prada, botas de Prada". Y más tarde, cada vez que se me acercaba alguien a darme la chapa, yo a repetir "botas de Prada, botas de Prada". Y al final ya hasta sonreía y me imaginaba con las botas de montar puestas y pateándole el culo a alguien. Y mis compañeros encantados, y a mí se me ha pasado la jornada en un plis.

Cada vez estoy más orgullosa de mi fuerza mental!

"Pichi knows mental health...And isn't afraid to ask"

14 de noviembre de 2006

Quiero un collar de Chanel (*)

Quiero un collar de Chanel!

En concreto, el que quiero es este collar de Chanel que luce Anne Hathaway en "El Diablo viste de Prada" (love it!). Y puesto que debido a mi trabajo ya no puedo usar tacones de quince centímetros, como hacía antiguamente, al menos sí que podría lucir algún complemento así de elegante a la par que sencillo. Y ya no me importaría vestirme con vaqueros, zapatillas y todas esas prendas terribles que estoy condenada a ponerme por exigencias del guión si al menos pudiera lucir ese fastuoso collar.

Y volvería a ser la Pichi que un día fui. Y ya no vestiría tan horriblemente mal como ahora, ni mi público pensaría en mí como futura protagonista de Fug and Busted. Sólo se fijarían en mi magnífico collar y me envidiarían y darían lo que fuera por lucirlo siquiera unos minutos. Incluso me lo pondría para andar por casa, como Marilyn, cuando afirmaba que para dormir sólo se ponía unas gotas de Chanel nº 5. Yo dormiría únicamente con mi Chanel Sweetface y cuando me entrevistasen lo afirmaría sin rubor. Porque yo lo valgo.

Ya os avisaré cuando lo consiga, mientras tanto aprovecho para recordaros que tanto las entrañables fiestas navideñas como mi cumpleaños están al caer (el 11 de Septiembre no queda tan lejos, si lo piensas bien). S. también está avisado.

(*) Y como me decía mi mami cuando yo era pequeña: "...Y yo quería un Coronel (pero no me quiso él)".